El exilarca y el cetro de Judá

Son conocidos como los diez Batlaaneem (hombres de tranquila devoción a la comunidad), porque no se ocupan de nada más que de las necesidades de la comunidad... Sobre todos ellos está Daniel b. Chasday, a quien llaman el "Exilarca de todo Israel". ... Los judíos se dirigen a él como Nuestro Señor el Exilarca y los musulmanes se dirigen a él como Sayyidnaa Ibn Daa'ud. Ha sido investido con autoridad suprema sobre la congregación de Israel por Ameer al-Mu'mineen, el señor de los musulmanes. Porque así ordenó Mahoma respecto del Exilarca y sus descendientes, y le otorgó un sello de autoridad sobre todas las congregaciones sagradas que vivían bajo su gobierno. Asimismo, ordenó que todo individuo, ya fuera musulmán o judío, o miembro de cualquier otro pueblo dentro de su reino, se levantara ante él y lo saludara,

Cada jueves, cuando va a contemplar el rostro del gran Califa, lo acompañan jinetes gentiles y judíos, y los heraldos gritan ante él: "¡Abran paso a nuestro Señor, descendiente de David, como le corresponde!" En su idioma dicen: "I'maloo tareeq li-Sayyidnaa Ibn Daa'ud". Monta a caballo vistiendo prendas de seda bordada y un gran turbante en la cabeza. Sobre el turbante hay un gran chal blanco sobre el cual hay una cadena. Y en él está el sello de Mahoma. Cuando se presenta ante el Califa, le besa la mano. Entonces el Califa se levanta ante él y lo sienta en un trono que Mahoma había ordenado construir en su honor. Y todos los príncipes musulmanes que han venido a contemplar el rostro del Califa se levantan ante él. Luego, el Exilarca se sienta en su trono frente al Califa,

No pasará de Judá el cetro,

ni el bastón de entre sus pies;

Hasta que llegue a Silo,

y sea homenaje de los pueblos. (Gén. 49.10)

Descripción de Benjamín de Tudela de los judíos baghadadi (segunda mitad del siglo XII), citado en The Jewish of Arab Lands de Norman Stillman, (JPS, 1979) págs. 253